Pablo Dovalo (Amigos del Acordeón): “Un señor de Moraña dejó escrito en el testamento que tocáramos en su entierro”

A Pablo Dovalo López con 10 años su padre le compró un acordeón, por sugerencia de un conocido. Aunque su trayectoria le llevó por otros caminos, nunca abandonó la música ni al instrumento, que hoy le ayuda a mantenerse en forma.

 

¿Está de moda el acordeón? 
Ahora sí, hay mucho auge y muchos grupos de aficionados. Yo, como mi padre tocaba el armonio en la iglesia, me metió aquello en la cabeza y empecé tocando en las iglesias. Le estoy hablando del año cincuenta y pico, cuando las misas eran en latín, antes del Concilio Vaticano II. Después me dediqué a actividad de autoescuelas, pero siempre seguí tocando. Y ahora, entre unos jubilados, nos juntamos y empezamos en el año 2008 a reunirnos y ensayamos todos los miércoles. También para mantener ágil la memoria, porque yo tengo ya 84 años y gracias a esto me mantengo en forma.

 

¿Y qué tocan ustedes?
Todo tipo de música tradicional y clásica. Hay quien dice que debíamos tener unas bailarinas delante, pero esa es otra música muy distinta a la nuestra. Y en los conciertos, tocamos todos juntos como media hora y luego un cuarto de hora dos solos, luego uno, luego tres... Y se hace muy ameno. 

Usted empezó con 10 años, pero su padre le amenazaba con quitarle el acordeón, ¿no?
Sí. Eso fue porque un señor le dijo a mi padre que por qué no me compraba un acordeón, porque como tocaba el piano y el órgano...  Pero entonces no los había a vender como hoy, solo los hacía Poceiro y por encarga. Entonces me dijo mi padre: si te lo compro y no aprendes a tocar, te lo vendo otra vez. Tuve un profesor muy bueno en Cambados, que aún vive hoy, Ángel Losada Nine, que queremos hacerle un homenaje.

 

¿Tienen algo pensado sobre eso?
Nosotros para los homenajes estamos siempre. Tenemos un señor de Moraña que en el testamento dejó que cuando falleciera, quería que fuéramos nosotros a darle un responso al cementerio. También hubo señora que, cuando se estaba muriendo,  le ponían el pendrive nuestro en la televisión y aún se despertaba un poco. Luego los hijos quisieron que fuéramos a tocarle al entierro al cementerio.

 

¿Qué se toca en esos casos?
Tocamos (canta): “Cerca de ti, Señor, yo quiero estar”... Y la de: “Tú nos dijiste que la muerte no es el final del camino, que aunque morimos no somos carne de un ciego destino”. Además, a mí me avisan para cosas. A mí no hace falta pedirme mucho para tocar. Hay que pedirme que pare.

 

¿Es muy difícil tocar el acordeón?
Una vez me dijeron que a músico y a hacer el amor hay que empezar de pequeño, no sé si será verdad o no. Pasa como con el piano. Tener que hacer dos cosas con las manos, independientemente... Tocar con la mano izquierda la melodía y con la derecha la variación, es difícil.


Me comentaba sobre el canal de Youtube también...
Nosotros tenemos 200 videos subidos en Youtube. Nos mandan felicitaciones de México, de Estados Unidos... Tenemos más de dos millones de reproducciones en cada vídeo. Nos ponen “más música y menos bombas”, “que vivan ustedes muchos años que la música nos alegra los corazones”. Son videos subidos hace más de 10 años y la gente los sigue compartiendo.

 

¿Cómo formaron el grupo?
Nos conocíamos y nos juntamos. Empezamos tres solos a hacer conciertos y poco a poco... llegué a tener 40, pero una época paré porque tenía que hacer unas operaciones. Ahora, si desaparecemos es por desintegración, no porque echemos a nadie ni porque nos vayamos.

 

Pero ¿están abiertos a incluir a más gente?
Ah, no, no. Es que yo no me dedico a la enseñanza del acordeón. Además nosotros tocamos obras como la Marcha Radetzky, cosas complicadas.

 

Los ensayos los hacen en su casa. Cuénteme cómo son.
Sí, todos los miércoles. La ventaja más importante es que a veces estoy enfadado, tengo muchas ganas de darle unas tortas a alguno por ahí, y toco el acordeón y se me pasa. Cuando discuto con mi señora, toco el acordeón y no hay problema ninguno.

 

¿Y ella está cansada del acordeón?
Está hasta la coronilla. Ella cantaba muy bien, pero tuvo un problema de tiroides y le aconsejaron no cantar. Nosotros ensayamos en un local que era un restaurante, el Rías Baixas, y allí tengo mis cosas. Un gramófono, un armonio de pedales...

 

¿Cuántos conciertos dan?
Tres o cuatro cada mes. Tenemos ahora que venir a Vilanova de Arousa, luego a Beade, en Vigo, y a Briaños.

 

¿Necesita mucho mantenimiento el acordeón?
Yo tengo siete u ocho acordeones. El problema es que no hay mucha gente que los repare, entonces cuando hay alguna cosa complicada hay que mandarlos a A Coruña o Portugal. Los acordeones, dentro, están montadas las voces en cera. Entonces, si le da mucho calor, se despega. A un señor le pasó y le cobraron 700 euros por arreglarlo.

 

¿Cómo animaría a que la gente se acerque al acordeón? 
Les aconsejo que nos vean en Youtube. Y para aprender, hay un señor en A Estrada, y también gente en Poio, que se dedican a la enseñanza. 

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Integrantes de los Amigos del Acordeón Rías Baixas | Cedida

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