El Concello de Vilanova ha puesto en marcha limitaciones de estacionamiento en el casco antiguo, con sanciones de unos 200 euros y cuya entrada en vigor se realizará a partir del 10 de octubre para promover la adaptación de visitantes y turistas a la nueva normativa. La acción surge con el objetivo de primar la “calidad de vida” de los vecinos en verano, cuando aparcar en el centro de la villa se vuelve mucho más compleja por la presión turística. El alcalde, Gonzalo Durán, no obstante, subrayó que se tratan de imponer las menores limitaciones posibles y que, en cualquier caso, se permitirá circular y estacionar hasta un máximo de 30 minutos a todos los vehículos para realizar cualquier gestión sin peligro de sanción. A partir de ahí, el aparcamiento solo se permitirá a residentes y autorizados.
En este sentido, Durán se quiso desmarcar del modelo puesto en marcha en A Illa con la zona residencial, después de que el regidor isleño, Luis Arosa, comparase ambas normativas para defender sus políticas ante la oposición. Una lectura que no comparte Durán, que pidió al socialista que no utilice a Vilanova como excusa para defenderse tras “meter la pata hasta las orejas” con las limitaciones del tráfico, sobre las que le recomendó que “corrija”. Una medida que, a su juicio, convierte a A Illa en “Berlín Este”. Cargó igualmente por el bus circular, sobre el que aseguró que es una “copia” del de Vilanova, “pero el nuestro es gratis y lo utiliza la gente”, ironizó Durán, que también criticó la moción para retirar el semáforo de A Patrigueira. l