Canibalismo y memoriaCanibalismo y memoria

Afirma Ángel Valente: “Fui inútilmente aderezado para una ceremonia /a la que nunca habría de acudir”. Versos que golpean la memoria de quienes son alcanzados por la maldición de ser engalanados para un ceremonial ajeno a su voluntad, donde no van a ser el comensal sino el alimento y condimento de ese antropófago festín. Toda dictadura es un acto de horrible canibalismo en el que el hombre pierde su condición en favor de la devastación moral que impone el dictador a fin de talarlo en lo singular y tallarlo en lo social.

Esa es la brutalidad que narra el documental de Antonio Caeiro, “Eu tamén necesito amar”, fundador, junto a Margarita Teijeiro, de la asociación «O Faiado da Memoria».

Magistral lección de historia oral dispensada al detalle, narrada por Caeiro, en la hermosa, vibrante y singular voz de un grupo de mujeres nacidas a un mundo ajeno a la novedad: fenecido.

Dolidos seres que vieron como su infancia y adolescencia eran tamizadas, cuando no fagocitadas, por esa putrefacta moral que las llenaba de culpa y temor, y que se imponía en la familia y perfeccionaba en escuelas e iglesias.

En sus perversas manos, aquellas niñas fueron sometidas a un cruel proceso de cosificación que buscaba hacer de ellas objetos de una fe superior, el patriarcado y una responsabilidad unipersonal, la familia. Ese era su valor y utilidad en un mundo en el que al varón se le reservaba el denigrante papel de soberano verdugo y amable censor.

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