Insolidaridad financiera

Las grandes entidades financieras, con suculentos beneficios obtenidos, en una época de crisis económica y social (en medio de una pandemia y una guerra) ya ponen el grito en el cielo por tener que pagar más impuestos de carácter extraordinario, y por un período de tiempo determinado, al objeto de colaborar, de manera solidaria, con los ciudadanos españoles más humildes y que necesitan coberturas sociales urgentes. 
 

Los gobiernos, elegidos democráticamente, dictaminan una serie de medidas que son convalidadas por sus respectivos Parlamentos y que todos los ciudadanos tenemos que acatar y cumplir, nos guste más o menos. Pues bien, los responsables de los bancos antes de conocer la letra pequeña de la disposición legal ya se manifiestan totalmente en contra y anuncian públicamente demandas judiciales, poniendo de relieve su insolidaridad financiera con el resto de la población a la que mantienen como rehenes de sus comisiones abusivas y productos tóxicos e irregulares. 
 

En qué sociedad democrática vivimos, que siempre beneficia a unos pocos privilegiados que tienen mucho miedo a los cambios necesarios, quizás por eso se llaman conservadores. No es extraño que España sea el país de Europa con una mayor desigualdad social.   
 

Muy poca vergüenza tienen algunas de estas entidades financieras que buscan al poder político para su propio beneficio. Cuando algún responsable político les quiere tratar de controlar o imponer una mayor carga fiscal, en beneficio del interés general,  entonces pierden los papeles y ponen todos los medios a su disposición para tratar de derrocar gobiernos, elegidos democráticamente, a través de otros poderes, como el empresarial, el periodístico, el mediático, etc.

Insolidaridad financiera

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