Las ratas abandonan el barco

Una vez más quedó claro que en política hay intereses personales, no lealtades, y menos por el interés general. Así hicieron los compañeros de Casado, como ratas que abandonan el barco de la noche a la mañana. Los mismos que lo jalearon, ahora no le dan legitimidad y lo repudian echándole sin procedimiento democrático para nombrar a Feijóo a dedo por los barones. Pero Casado se resistió hasta el congreso, pero le obligaron a firmar que no se presentaría quitándole el derecho democrático de los delegados a decidir. Son los mismos que no quieren reconocer la legitimad de Sánchez de presidente. Y todo porque Casado le pidió los contratos a la presidenta Ayuso de cobros de su hermano. Da la impresión de que los barones tomaron miedo que Casado, que llegado el caso, les investigara lo mismo que a Ayuso. Por eso, siempre mantuve que es muy difícil que el que originó la corrupción se proteja, y elimine al que la denuncie. Falta saber si Casado procedería lo mismo, si le llegara un dosier de corrupción de uno de su equipo. Ayuso le estuvo azuzando, quiere mandar más allá de su comunidad atacando a diestro y siniestro.

Ahora tiene que ser Feijóo, otro gallego, el que salve España. Tenemos un largo historial de políticos gallegos que se hicieron cargo de la gobernanza de España. Presidentes de los gobiernos lo fueron: Montero Ríos, José Canalejas, Eduardo Dato, Valladares, Casares Quiroga, Franco y Rajoy. Además de muchos ministros en los gobiernos. ¿Será Feijóo el próximo presidente de España?

Pero el peso político de los gallegos en Madrid no mejora la calidad de vida de los gallegos, a pesar de que nuestra comunidad es tan histórica como la vasca y la catalana. Galicia sigue en el secular atraso. Vascos y catalanes no necesitan tener presidentes, ni ministros en los gobiernos de España, pero tienen bien desarrollada su tierra.

Galicia es la cantera de políticos de España. Debe ser porque fuimos el primer reino de Europa con motivo de la caída del Imperio Romano, con el Rey Hermerico al frente .

La derecha española se nutrió siempre de la genética política conservadora de nuestra tierra. Por eso Fraga, exministro de Franco, cuando se presentó a candidato a presidente de España, en democracia, gracias al voto gallego, sacó la mayoría de sus diputados. Ahí fue donde puso la primera piedra para la unificación de la derecha llegando a gobernar España.

Da la impresión que la escalada de tantos gallegos a los gobiernos de España se debe a su entrega incondicional a la gobernanza del resto de España, a cambio de no molestar a quien lo puso. No sienten el estancamiento de Galicia, ni la calidad de vida de los gallegos/as.


Las ratas abandonan el barco

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