El año 2024 puede considerarse ya el “annus horribilis” del marisqueo en la Ría de Arousa. La grave crisis por la que atraviesa el sector –acuciada por el problema sufrido por las fuertes riadas– se ha dejado notar en el nivel de facturación de las diferentes rulas, que arrojan unas cifras tanto en kilos como en euros que certifican uno de los peores años de su historia. Al menos así lo recuerdan los propios patrones mayores.
Según los datos oficiales publicados por la Xunta de Galicia todas las lonjas de la Ría de Arousa sumaron terminado 2024 la cantidad de 69.142.673 euros de facturación. Muy lejos, desde luego, de los más de 84 millones que se fijaron en el mismo período de 2023. Y es que por las rulas pasaron nada más y nada menos que diez millones menos de kilos de los diferentes productos. En su gran mayoría, moluscos bivalvos. Ya el año 2023 no había sido extremadamente bueno y fueron 32.804.427 kilos de marisco los que se facturaron. Eso sí, esa cantidad permitió ingresar en total 84.670.045 euros. En el año que acaba de terminar se ha notado el desplome no solo en el número de kilos, sino también en el precio que se pagó por ellos. Así pues 2024 termina con 22.695.728 kilos de producto que se vendieron en las rulas por poco más de 69 millones euros.
Las cifras son igualmente malas comparándolas con cinco años atrás en los que también hubo momentos de crisis para el marisqueo (especialmente para el de las zonas de libre). Lo que se demuestra –como así señala el patrón de Vilanova, Rosalino Díaz– es que “isto é unha caída en picado e unha catástrofe. É imposibles que as cofradías resistan con este nivel de ingresos”. La suya es –con diferencia– una de las zonas más afectadas. “O ano 2023 xa foi malo, pero este moito peor. Non facturamos nin o 25% do ano pasado”, explica el presidente del pósito. Por la rula vilanovesa pasaron en 2024 un total de 61.592 kilos que supusieron una facturación de 650.301 euros. Nada más y nada menos que más de dos millones de euros menos respecto al ejercicio anterior. “Isto vainos obrigar a tomar decisións drásticas”, explica Díaz. De hecho ya tiene previsto reuniones con los gestores para ver cómo actuar. Recuerda que las mariscadoras empezaron en 2024 a faenar en octubre, al igual que los de a flote, que “antes foran oito días ao mar”.
Lo que está claro es que los números son muchísimo peores en las cofradías que dependen fundamentalmente del marisqueo. Otro ejemplo es el de A Illa. Esta cofradía facturó en el año 2024 un total de 2.474.503 euros. Respecto a la anualidad anterior esto supone dos millones menos. Una caída que –sin embargo– no se percibe de forma tan drástica en el número de kilos, que volvieron a sobrepasar ampliamente los 460.000. Eso sí, lejos de cifras alcanzadas años atrás en los que la Cofradía de A Illa era de las referentes del marisqueo en la Ría de Arousa.
En Cabo de Cruz es donde se registran también los peores datos. La lonja de este punto del margen norte de la Ría de Arousa finalizó el año 2024 con una facturación de 836.662 euros. El año anterior lo había hecho superando los tres millones. Es, también, un pósito absolutamente dependiente del marisqueo. En kilos también se percibe el descenso, dado que el año que acaba de terminar pasaron por lonja 55.398 kilos de producto frente a los 191.688 de 2023.
Lo mismo ocurre con Rianxo, que es una de las zonas que más vive del marisqueo a pie y también del de a flote. De hecho fue una de las que más sufrió los efectos de las riadas, que esquilmaron el marisco presente en los bancos y echando por tierra una campaña completa. Así pues la lonja de esta localidad terminó 2024 con tan solo 129.218 kilos de producto, lo que derivó en una facturación de 736.027 euros. Una cantidad muy inferior que la de 2023. En ese año –que tampoco fue excesivamente bueno– la cifra alcanzó los 2.131.251 euros.
Incluso en Carril –donde el grueso de la producción marisquera procede de los parques de cultivo– se ha notado una bajada sustancial. En 2023 la rula marcaba datos históricos superando los diez millones de euros en facturación. En el 2024 que acaba de terminar –y según los datos de Pescadegalicia.gal– estos no llegan a los ocho millones (son un total de 7.655.188 euros). La cantidad de producto también disminuyó, dado que en los últimos doce meses se registraron 576.042 kilos frente a los 801.631 del período anterior. La mayor crisis en esta cofradía se vive con el marisqueo a pie, que estuvo meses parado y que lleva mucho tiempo reclamando medidas efectivas para el sector por parte de la administración.
Las cofradías que más aguantan los números son aquellas que tienen también a la venta en las lonjas el pescado. Es el caso de Cambados, en donde en 2024 se facturaron 6.384.675 euros con 1.029.037 kilos de producto. Eso sí, prácticamente con el mismo volumen de marisco y pescado la facturación cayó en un millón de euros.
En O Grove –otra de las cofradías potentes de la Ría de Arousa por diversificación de actividad– la facturación también ha caído. De hecho ha pasado de los 8.298.734 euros de 2023 a 6.473.804 de los últimos doce meses. Esta bajada también se nota en el volumen de producto. Este ha pasado de 657.644 kilos a 513.554. Eso sí, en estos casos la situación es menos crítica que en otros pósitos.
Los números tampoco son optimistas en Vilaxoán, en donde el año 2024 termina con 635.890 euros de facturación frente a los más de 875.00 de 2023. También en esta lonja bajan los kilos de producto, que pasan de los 55.467 a los 37.448 de los últimos doce meses.
La cuestión es que ni siquiera la lonja de Ribeira –una de las de mayor volumen tanto en facturación en euros como en kilos– se salva de una bajada muy notable. De hecho ha pasado de 41.082.368 euros a 40.084.496. En kilos la bajada ha sido de los 28.830.010 a 19.641.313. Una gran diferente.
Las expectativas del sector no son buenas para este 2025, con un libre marisqueo en caída libre y con profesionales abandonando el mar.