La Denominación de Orixe Protexida acaba de iniciar la certificación en los puertos del mejillón fresco. Un proceso que evidencia que el bivalvo se encuentra en su momento óptimo para el consumo. Desde el Consello Regulador do Mexillón destacan que la producción del mejillón gallego está vinculada a un proceso totalmente natural que se desarrolla en aguas de las rías con la llegada de nutrientes de los que se alimenta el bivalvo. Así pues el inicio de la certificación en fresco se produce cuando el mejillón está en su mejor momento y, normalmente y aunque no ocurre todos los años en la misma época, suele ser en el mes de septiembre.

Desde el Consello Regulador apuntan a que el sello de la DOP avala ante los consumidores que están ante un alimento 100 % gallego. Destacan que llevar el sello de calidad es el último eslabón de un proceso riguroso de control que se inicia con la obtención de la semilla en las rocas, continúa en la propia batea y sigue en el momento de su descarga en el puerto. Esta supervisión también se lleva a cabo en los centros de depuración, transformación y en los puntos de venta. De ahí que el Consello Regulador considere esta tarea de especial relevancia de entre todas las funciones desempeñadas, dado que manifiestan que proporciona “fiabilidade ante os consumidores, que teñen así a certeza de adquirir o mexillón coas características distintivas de calidade e orixe que só proporciona a nosa marca”.

Tras los problemas que el sector del mejillón vivió con el abastecimiento de semilla para sus bateas en meses pasados ahora los mejilloneros están volcados de lleno en la campaña. Conscientes, eso sí, de que en unos meses se volverán a enfrentar al mismo conflicto –si no hay normativa que lo remedie– que vienen sufriendo en los dos últimos años. Desde la Consellería do Mar siguen trabajando en la redacción de un plan de explotación propio para un recurso que nunca ha sido sometido a este tipo de figura, pero que ahora ha creado problemas entre los sectores bateeiro y percebeiro.