El nuevo contrato de la basura, que gestionará Urbaser, incorporará un importante número de personas adaptados para personas con diversidad funcional y mejorará las ratios por distancia y número de habitantes.
La nueva concesionaria del servicio de recogida de basura y limpieza viaria comenzará a prestar los servicios el próximo 18 de mayo y a aplicar las mejoras previstas de forma progresiva.
La sustitución de la totalidad de los contenedores (excepto los de vidrio, que no son objeto de este contrato) deberá estar completada en el plazo máximo de cuatro meses e instalarse en las dos semanas después a haberse recibido. El número total de depósitos se amplía: Habrá mil unidades para la recogida convencional, 845 para envases ligeros y 740 para papel y cartón.
Los nuevos modelos, indican desde el Concello, serán más modernos y funcionales, así como adaptados ya que las bocas para la introducción de la basura se sitúan a menor altura, para poder ser utilizados cómodamente por personas que necesiten desplazarse en silla de ruedas o por niños. El 25 por ciento de los contenedores de restos y de materia orgánica estarán dotados de bocas accesibles, siendo un cien por cien en el caso de los de recogida de cartón o de envases ligeros.
De madera para las playas
El sistema de recogida se organizará en el ámbito urbano mediante la creación de las denominadas “áreas de aportación multiflujo”, es decir, puntos compuestos como mínimo por un contenedor de resto, uno de envases y uno de papel. Habrá al menos un punto por cada sesenta habitantes y, en ellas, el 95 por ciento de los usuarios del servicio (viviendas y actividades económicas) deberán contar con una de estas áreas a menos de setenta metros. En las zonas peatonales esta distancia podría verse alterada.
En las zonas periurbanas y del rural, se establece una ratio mínima de un contenedor de resto por cada 25 habitantes y uno de papel-cartón por cada 122 vecinos. En estas áreas, señalan desde el Concello, se reforzará de forma considerable la recogida de papel y cartón. Además, el 95 por ciento de los vecinos de estas znoas dispondrán de un colector para la recogida de basura convencional a menos de cien metros medidos en trayectos a pie, distancia que se fija en 115 para los contenedores de papel. El contrato establece que la distancia a pie entre contenedores no podrá ser mayor a los 225 metros en las zonas donde existan viviendas o actividades económicas.
Para dar servicio a las playas, se dispondrá de cuarenta contenedores específicos, que se repartirán en islas para la recogida segregada. Dado el medio natural en el que se integrarán, serán de madera de pino con algún elemento de aluminio para identificar el tipo de residuo. Otra mejora a tener en cuenta de las que ofrece el nuevo contrato es que todos los contenedores estarán georreferenciados con dispositivos de identificación automática, lo que permitirá llevar un control individualizado sobre todas las operaciones realizadas.