Campaña electoral sin besos

seamos sinceros, la gracia de las campañas electorales no está, ni de lejos, en esos mítines con discurso triunfalista y puesta en escena hollywoodiense pensados para salir en los medios de comunicación; lo que le gusta al votante de a pie que siente los colores es el contacto con el candidato en la calle. Y la pandemia va a dejar a esa señora sin apretarle los mofletes como si fuese su nieto, a ese hombre si un abrazo de compadres con palmadas en la espalda, a esa vecina sin la foto que pensaba mandar por Whatsapp a sus amigas del café y a tantos sin sus besos intensos de familiar que vuelve a casa por Navidad. Teniendo en cuenta todo esto, una campaña con mascarillas y a dos metros de distancia no tiene sentido. Mejor nos ahorramos ese gasto. Total, quien no se haya ganado ya las simpatías de los votantes tampoco lo va a hacer de lejos y con la cara tapada.

Campaña electoral sin besos

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