El refranero popular, con sus carretas, sería muy apto para explicar la cara desconocida de “Albatros”, la operación que hizo caer a una banda internacional de presuntos narcotraficantes entre los que se encontraban algunos de los grandes nombres del pasado y el presente del mercado de estupefacientes en Arousa, como José Luis Viñas Morgade o Marcos Vigo. Pero no es necesario recurrir al vocabulario soez. Hay quien dice que es el amor el que mueve el mundo. Otros apuntan que es el sexo. Y es más bien esta opción la que explica que se frustrara una de las descargas más importantes de los últimos tiempos.
Eran 3,4 toneladas de cocaína. Más de cien millones de euros en el mercado negro. Al frente de la organización se encontraban históricos, como Viñas Morgade (“Manzanita” es uno de los detenidos más famosos de la Nécora), Antonio Carballa Magdalena o Ramiro Vázquez Roma. Una experiencia sin duda más que destacable sobre todo en el ámbito de la logística. Pero el papel de cabecilla se lo atribuyen los investigadores a Marcos Vigo, de 36 años.
Su historial delictivo comenzó cuando a los 16 años fue detenido por montar una motocicleta con piezas robadas. Fue su primera noche en los calabozos y hasta allí le llevó el amor. Y es que con aquel vehículo pretendía desplazarse desde Vilagarcía a Vilanova, donde residía su novia, que no era otra que Noemí Charlín (nieta del patriarca), quien posteriormente se convertiría en su pareja.
A aquel adolescente se le considera en la actualidad uno de los líderes del narcotráfico en Galicia. Forma parte de una nueva generación de capos más preparados, que domina las nuevas tecnologías y que residen en auténticos “búnkeres” con sistemas de videovigilancia con los que se protegen de las fuerzas de seguridad.
Y sin embargo fueron las hormonas, aunque esta vez las ajenas, las que precipitaron su caída veinte años después. Uno de los contactos venezolanos (formaba parte del grupo que abastecía de droga la operación) se encontraba navegando por internet desde su teléfono móvil cuando se le abrió una pestañita en la que se mostraban unos grandes pechos y se instaba a darle click para verlos, todavía, de mayor tamaño.
Le dio. Y el resultado fue un “troyano”, un virus que destapó todas sus contraseñas, arrojando luz sobre una investigación que las fuerzas de seguridad llevaban tiempo desarrollando.
un error fatal
No fue el único error de una operación fallida. Y es que cabe recordar que el “Pisapo”, el velero que tenía que recoger la droga en alta mar, sufrió una avería técnica que frustró el trasvase de las tres toneladas y media de cocaína que tenían como destino las Rías Baixas.
La operación “Albatros”, por su parte, tampoco estuvo exenta de incovenientes, pues la intervención de los agentes se precipitó ante la evidencia de que uno de los venezolanos tenía pensado huir a su país (ya tenía el billete de avión comprado).
Fueron 24 los detenidos en el marco de este importante operativo. Para 17, el juez dictó prisión preventiva. Entre ellos se encontraban los tripulantes y el capitán del “Riptide”, el barco que transportaba la droga escondida en 131 fardos. Un éxito en el que fue decisiva la colaboración de las fuerzas de seguridad españolas (Greco y SVA) con las unidades de narcóticos americana (DEA) y británica (SOCA) y la ayuda de un virus con un nombre que hace referencia a una ciudad, Troya, marcada por una guerra en la que, cuenta la leyenda, tuvo mucho que ver el sexo.