podría parecer el rodaje de una película de James Bond, con un malo de marcado acento emergiendo de las aguas, o de una de la guerra fría, aunque parecen haber pasado de moda. Pero no, el submarino que apareció en Cangas es la evolución del narcotráfico. Para qué utilizar cargueros o aviones que siguen rutas comerciales pudiendo inventarse el narcosubmarino, que mola mucho más. Tres mil kilos de cocaína de gran pureza directamente llegada de Latinoamérica en el sumergible. Lo de las descargas en alta mar es cosa de otros tiempos. La sofisticación ha llegado al narcotráfico. FOTO: la patrullera de la guardia civil, en cangas | efe