En busca del premio a los más tontos del año

unos chavales de Lugo están haciendo méritos para recibir el título de descerebrados de año. En plena fiesta en un piso tuvieron la feliz idea de llamar a la Policía haciéndose pasar por un vecino del edificio que se quejaba de molestias por ruido. Los agentes llegaban y preguntaban al supuesto denunciante, que, como es normal, les aseguraba no tener idea de lo que le estaban diciendo. Desternillante, vamos. Pero ahí no acaba la genialidad. Porque los fiesteros grababan con sus móviles la visita de los policías para subir el vídeo a las redes sociales. Animados por la gracia que se hacían a sí mismos –ignoramos si era natural o estimulada– llamaron de forma insistente hasta que los agentes los identificaron. Oficialmente, por infringir la ley de Emergencias. Aún no hay delito por ser bobo.

En busca del premio a los más tontos del año

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