Serán 140 plazas de aparcamiento las que se supriman en el casco urbano para poner en marcha las ciclovías, aunque el alcalde, Alberto Varela, prefiere hablar de “mudar”. El regidor y la concejala de Urbanismo, Paola María Mochales, defienden el proyecto como una senda hacia la que camina la Europa sostenible, pensada en criterios medioambientales, pero también de seguridad vial y de protección para los peatones, especialmente para aquellos más “vulnerables”.
Será en Rodrigo de Mendoza donde se pierdan más plazas de aparcamiento, en el tramo que conecta con Doutor Tourón y a la altura de donde se encuentran las palmeras. Varela destacó que precisamente estos estacionamientos crean un “embudo” que “a todos os que pasamos por alí co coche nos ten dado máis dun susto”. Allí, serán setenta las plazas a eliminar, más 8 que se podrían perder en el otro tramo de la avenida, aunque sería, aseguró Mochales, por “dar seguridade e visibilidade aos pasos de peóns”. En Ramón Cabanillas se suprimen 14 y entre Rodrigo de Mendoza y esta calle, 10. En Doutor Tourón, en el tramo donde se encuentran varios negocios de telefonía, se pondrán los aparcamientos en línea; mientras que en el tramo entre los edificios de las torres y Vista Alegre se pierden 35.
El gobierno abre la puerta a reunirse con cualquier vecino pero asegura que el proyecto “é de 37.565 persoas”
En cualquier caso, Varela y Mochales recuerdan que a menos de 500 metros de todos estos lugares existen aparcamientos disuasorios. Es el caso de la Finca D’ouro, con una capacidad para 350 vehículos que se podría ampliar y una ocupación media de 70, según los datos dados por Mochales; o la zona trasera de Fexdega, con 200 plazas que suelen estar “baleiras”.
Sobre la infrautilización de estos espacios, el alcalde cree que se debe a que a los vecinos les cuesta “cambiar de hábitos e para desprazarse 300 metros collen o vehículo”, aunque reconoce que quizás haya falta de comunicación y que sea necesario “darlle máis difusión e máis publicidade” a los estacionamientos disuasorios. En todo caso, defienden desde el gobierno socialista, tras finalizar las obras, habrá en la zona de Fexdega y alrededores “400 prazas de estacionamento máis”.
Serán 13 kilómetros de red para bicicletas las que habrá al término del proyecto, frente a los cuatro actuales que unen Carril con Vilaxoán. Las ciclovías, defendió Mochales, siguen la nueva jerarquía de movilidad que promueve la Unión Europea, con los peatones en el primer puesto de la pirámide y los ciclistas en el segundo. “Sempre se potenciou o transporte motorizado en todas as subvencións. Agora inveriuse cara a unha mobilidade sostible”, aseguró la edil de Urbanismo, que destaca que las obras de las ciclovías comenzaron en la misma semana en la que se aprobó la Ley de Cambio Climático y la Ley de Tránsito (que establece los 30 kilómetros por hora en tramo urbano). Mochales recordó que la Agenda 20-30 establece como objetivo reducir las emisiones de CO2 en un 30 % y que un 25 % de estas emisiones proceden del transporte (sobre todo por carretera). “Hai que traballar para as xeracións futuras. O planeta ten un límite. Hai que gañar calidade de vida”, incidió la concejala socialista. “Non é so cousa de grandes cidades nin de Madrid Central. Creo que incluso o compromiso debe ser maior en cidades como Vilagarcía, onde a nosa orografía nos permite” desplazarse a pie y en bici, recalcó el alcalde. Sobre la petición de una reunión hecha por la asociación s de Fonte da Coca, Mochales incidió en que “as nosas portas abertas” pero “este é un proxecto de 37.565 persoas”, dijo la edil. “Calquera cidadán ten dereito a coller a bici e ir por esas rúas seguro”, redundó el alcalde, que defiende que “a ninguén se lle ocorre abrir un debate sobre incoporar unha circulación no PXOM. l