Más de un millar de personas se concentraron frente al Concello de O Grove para recordar a su vecino, Andrés Rico, y condenar la agresión que acabó con su vida durante un partido de balonmano base, tras haber pasado dos meses ingresado en estado crítico.
Este minuto de silencio, organizado por la Corporación municipal, también sirvió para que los vecinos mecos y los muchos llegados de otras localidades cercanas, mostraran su repulsa hacia la violencia en el deporte y apoyaran promover medidas para acabar con este tipo de actitudes en los encuentros deportivos.
El encargado de presidir este acto fue el alcalde del municipio, José Cacabelos, quién también es primo de la víctima. “¿En qué nos estamos convirtiendo? Esto no puede seguir así”, señaló visiblemente emocionado Cacabelos tras recordar a Rico, un hombre “muy conocido y querido” en el municipio.
En su intervención, el alcalde, ha reivindicado la necesidad de abrir una “reflexión conjunta” para preguntarse “qué sociedad estamos construyendo si alguien no puede ir libremente a un partido sin que acabe como lo hizo Andrés”. Además, comentó que conductas como la que acabó con la vida del vecino de O Grove no son justificables y tampoco “un hecho aislado” por lo que apoya el trabajo conjunto para que “esto no vuelva a pasar”.
Además, delante tanto de los familiares de Andrés como de representantes de numerosos estamentos, asociaciones, clubes deportivos y muchos alumnos del IES Monte da Vila -donde estudian sus nietos- ,el alcalde de ha pedido que la justicia “actúe”.
Otra concentración
Otros muchos vecinos de O Grove que no pudieron asistir a la concentración de la mañana decidieron mostrar sus condolencias a la familia de Andrés Rico y su rechazo a la violencia en el deporte frente a la tienda que regentaba en el centro de la localidad.
Así durante toda la jornada de ayer fueron muchos los que pasaron por el establecimiento y, a partir de las ocho, una gran cantidad de gente se reunió en dicho punto para darle el último adiós a su vecino.
Los hechos
El fallecimiento de Andrés Rico es la consecuencia de la agresión sufrida durante un partido de balonmano en el pabellón de Vilalonga el pasado 15 de diciembre. Después de dos meses hospitalizado, el vecino de O Grove no ha podido superar las lesiones provocadas por otro espectador en el encuentro en el que arbitraba su nieto, de tan solo 15 años.
Tras confirmarse el fallecimiento, el Juzgado número 2 de Cambados investiga ahora al presunto agresor por homicidio imprudente -el procedimiento se había abierto por un delito de lesiones-. Esto significa que puede ser castigado a una pena de prisión entre uno a cuatro años.
Además, el presunto agresor se enfrenta a una multa de entre 60.000 a 650.000 euros y una expulsión de los recintos deportivos de cinco años.