El equipo de Emergencias Sanxenxo manifiesta haber llegado a su límite tras años y años denunciando una situación que califican de “insostenible”. Denuncian que trabajan en condiciones insalubres, con material obsoleto y sin protocolos ni jefe de servicio. La gravedad alcanza tal punto que, según explican, las irregularidades detectadas por Inspección de Trabajo se clasifican en hasta siete familias diferentes, sin que hasta el momento se haya impuesto sanción alguna.
Por todo ello, tras dos décadas de progresivo deterioro, advierten que a partir de ahora no cesarán las movilizaciones por sus derechos y unas condiciones dignas.
Según denuncian los bomberos, el servicio nunca ha sido una prioridad para el Concello de Sanxenxo, afirmando que “nunca se fixeron inversións importantes nin moito menos”. De hecho, explican que en los últimos años el servicio ha estado prácticamente financiado por otras administraciones, como la Xunta y la Diputación de Pontevedra, asegurando que las aportaciones económicas han ido en aumento, pero que en ningún momento se han traducido en mejoras reales. “Nadie está verificando que se está facendo cos cartos da Xunta, iso é o que a nós nos molesta”, admiten.
Los operarios reclaman que actualmente no cuentan ni con medidas básicas de prevención de riesgos laborales, además de carecer de protocolos de actuación, así como de la figura del jefe de servicio –puesto que fue suprimido en los últimos presupuestos municipales–. Señalan que cada vez que tienen que acudir a una intervención, ya sea un incendio o un accidente, lo hacen sin el respaldo de un reglamento o un superior que los guíe.
Además, apuntan la obsolescencia de su maquinaria y la falta de trajes homologados, deficiencias que ya trasladaron en ocasiones a la administración local y sobre las que, a día de hoy, siguen sin respuesta. “Nós non só cubrimos o concello de Sanxenxo, senón que tamén abarcamos Poio, Meaño e O Grove” explican, añadiendo que mismo a veces se tienen que desplazar a zonas más lejanas e incidiendo en la importancia y necesidad de contar con un equipo en condiciones para poder garantizar un servicio óptimo a la ciudadanía.
Las instalaciones
A todo ello se le suman las condiciones insalubres en las que se ven obligados a trabajar diariamente. Afirman que las instalaciones del parque de bomberos no cumplen los estándares de seguridad y salubridad, siendo uno de los puntos más graves la presencia de ratas y pulgas, una situación que alertan que incluso está afectando a sus familias.
Asimismo, carecen de un sistema de ventilación adecuado. “Algo tan básico como que nun parque de bombeiros haxa un sistema de extracción de fumes, pois nin eso. Nós aquí encendemos os vehículos para facer as revisións e o monóxido está aquí todo o día”, manifiestan.
Al mismo tiempo, la infraestructura tampoco está climatizada, revelando que en los meses de invierno pasan mucho frío y en los de verano sufren un calor insoportable, una situación térmica que muchas veces los condiciona a la hora de trabajar adecuadamente.
Incumplimiento de los turnos
Por otro lado, también denuncian el incumplimiento de sus turnos laborales. “Fai catro ou cinco anos chamáronnos ao Concello para decirnos que ía haber unha reestructuración dos postos de traballo, entón que iban chamar ‘prevención’ a uns compañeiros e os outros que íamos a seguir aquí”, relatan. De esta forma, algunos profesionales fueron destinandos a labores de desbroces –propias de peones forestales– y otros quedaron en las instalaciones con unos cambios de turno de ocho horas con solo dos personas, rompiendo con el sistema habitual de 24 horas con tres personas.
Ante esta decisión, el personal afectado llevó el caso por vía judicial, ganando en primera instancia. El Concello presentó recurso ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, siendo este desestimado y, según explican los bomberos, trató de apelar de nuevo ante el Tribunal Supremo, pero este rechazó el recurso declarando firme la sentencia a favor de los trabajadores de emergencias.
Pese a ello, denuncian que el responsable municipal incumplió de forma reiterada la resolución judicial, lo que llevó al juzgado a imponer una sanción económica por cada día en que se vulneraban los turnos establecidos. Sin embargo, el cumplimiento duró poco: el personal asegura que desde hace más de un año se ha vuelto a reducir la dotación por turno, y que, en el último mes de mayo, durante 17 días volvieron a estar solo dos personas por turno.
A esta situación se agrega un hecho sin precedentes: las últimas Navidades el parque de bomberos cerró los días 24 y 31 de diciembre, algo que nunca había pasado. Según denuncian, fue una decisión motivada por no querer pagar el extra económico que supone trabajar en estas fechas, el cual está establecido por convenio.
Todo este conjunto de adversidades ha generado que los bomberos hayan llegado a su tope, declarando que “isto é unha loita que non ten volta atrás. Nós chegamos hasta aquí”, sentencian.