Incertidumbre

 A estos instantes se antojan momentos difíciles y convulsos, los cambios precisos no aparecen en el listado político, solo se enmaraña lo que hay en el gusto de unos y el disgusto de otros, sin voluntad de contar con el pueblo a la hora de solucionar sus problemas más comunes, como en este caso, el trabajo. Lo cierto, que España lleva perdidos varios trenes a lo largo de su historia y va camino de dejar pasar este último, el del cambio de ciclo que varios países ya están anunciando medidas de protección a las empresas que produzcan en sus respectivos territorios. Mientras nuestros políticos siguen anclados en el mundo global, este concepto saltó por los aires con motivo de la pandemia o al menos, fue la chispa que está haciendo cambiar el modelo económico mundial.

El producir todo en un determinado país ha traído sus nefastas consecuencias y el gigante asiático se asentó en un poder descomunal en todos sus aspectos, si ahora cierra la llave, el mundo se para, esa es la parte más crítica para todos los que están esperando que llegue mercancía de aquel apartado lugar, con un costo diez veces y más, inferior al que se produce en otro país europeo, eso propició el traslado industrial a China, ahora se ven las consecuencias del error y la permisividad del gobierno ó gobiernos en tal dejadez.

China es líder en producción tecnológica, servicios, obras civiles y militares y equipamiento armamentístico entre otras. Lo que hizo encender las alarmas en el resto de los continentes, algunos países viendo la escasez de suministros por la falta de envíos, están tomando medidas para que la producción vuelva al país de origen y se deje de fabricar en China, al no ser fiable. Lo importante de un país, es que su población se levante todos los días y vaya a trabajar a las fábricas, talleres, comercio, etc. En algún lugar de España, con ello se produciría el efecto contrario de que muchos lugares dejasen de estar despoblados. Si no hay trabajo, no hay futuro.

La economía productiva es la única de sacar España de esta critica situación, hay que apostar por el pequeño empresario que hace crecer su empresa en el mercado interior y exterior y el trabajador autónomo, creador de ideas e infatigable en su cometido, ambos son piezas fundamentales de la economía española, a ello hay que añadir las empresas grandes con deseo de establecerse en España, dando facilidades fiscales, de instalación física y de producción a precios competitivos.

Para ello habrá que meter mano en las energías y cambiar el modelo de producción energético español, si es preciso nacionalizar una parte de las empresas que son estratégicas, se debe hacer por el bien común y la alarma social creada en los últimos tiempos. Si el gobierno va por su lado y el pueblo por el otro, no habrá sintonía entre ambos y el primero caerá por su propio peso, el segundo tiene la última palabra.

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