Cambiaron las tornas por la mañana, con una de las fiestas más multitudinarias que se recuerdan. De hecho, explican desde el Concello, el traslado del santo desde la iglesia parroquial hasta la capilla fue uno de los más largos “dende que se ten memoria dos propios porteadores da imaxe”, señalan desde Ravella, que cifra en más de 30.000 personas las que acudieron a mojarse.
 

Sin embargo, la tónica de relativa tranquilidad se mantuvo y, en el tiempo que va desde las 11 horas hasta las tres de la tarde, los que precisaron atención fueron 17, es decir, menos del 0,1 por ciento de la asistencia total. “Se a estas intervencións se suman pras preto de 40 durante a noite, esa porcentaxe non chega ao 0,2%”, apuntan fuentes municipales, que celebran el civismo mostrado por la inmensa mayoría. El Concello también felicita a los trabajadores de los distintos departamentos municipales, como Obras, Electricidade, Xardíns, Emerxencias y Limpeza, que junto a los cuerpos de seguridad, como Policía Local, Policía Nacional y Guardia Civil, “fixeron posible que todo transcurrera dentro dos parámetros normais nunhas festas con semellante cantidade de público”.
 

Entre esas cuatro horas (de once a tres) hubo un total de 17 intervenciones en el hospital de campaña situado en A Peixería, todas ellas por pequeños cortes, contusiones y alguna intoxicación etílica. La ambulancia básica tuvo que realizar dos traslados al Hospital y en ningún momento fue necesaria la UVI móvil.
 

En cuanto a las intervenciones destacadas, hubo un intento de agresión al personal del hospital de campaña, por lo que se detuvo a una persona, y en la Praza de Carús se produjo un atropello sin mayores consecuencias. Eso sí, a los asistentes les llamó la atención el paso de dos coches patrulla de la Policía Nacional por el medio del recorrido, justo en uno de los momentos de mayor aglomeración.
 

El Concello valora “moi positivamente” la tendencia a la baja de la participación en la noche previa frente al incremento de asistentes por la mañana. “Ese é o espírito co que a festa naceu a finais dos anos setenta e que o goberno local quere recuperar; e á vista está de que se está logrando, grazas á complicidade dos propios vilagaricáns e dos milleiros de visitantes”, señalan desde Ravella. El reforzado operativo de limpieza estuvo funcionando durante toda la jornada.